¿Qué son los arquetipos?

 

Si buscamos en el diccionario la palabra arquetipo nos encontramos con el siguiente concepto: “Modelo original que sirve como pauta para imitarlo, reproducirlo o copiarlo, o prototipo ideal que sirve como ejemplo de perfección de algo”.

Wikipedia  nos dice: Un arquetipo (del griego αρχή, arjé, ‘fuente’, ‘principio’ u ‘origen’, y τυπος, tipos, ‘impresión’ o ‘modelo’) es el patrón ejemplar del cual se derivan otros objetos, ideas o conceptos. Es el modelo perfecto. También puede entenderse como una estructura funcional que subyace a la conducta de un individuo, grupo o sociedad en su conjunto, estableciendo una serie de automatismos a los que se responde de forma continua.

Entonces, ¿Por qué es importante conocer los arquetipos? Porque los arquetipos representan cualidades que están dentro de mí (y de ti!). Son cualidades internas, imágenes o fuerzas que han permanecido vivas en nuestra cultura por más de 3mil años y que determinan nuestros pensamientos, nuestra creencias, nuestros impulsos, incluso nuestras sensaciones determinando nuestros deseos, decisiones y acciones.

Al conocerlas, hacemos consciente lo inconsciente. En vez de dejarnos arrastrar por su fuerza,  puedo hacerlas dialogar y hasta decirle a alguna: Epa! ya va! No ha llegado tu turno todavía.

Conocer los arquetipos femeninos es conocernos mejor y conocernos mejor es conocer mejor a todas las mujeres. Del conocimiento viene el perdón, el amor, la reconciliación y la paz.

                                                      

Jean Shinoda Bolen, una mujer que hoy día tienen alrededor de 75 años. Se ha convertido en una referencia en el estudio de los arquetipos femeninos con la publicación de su libro en 1984: “Las Diosas de cada mujer”. Es una aproximación a la psicología femenina y que nunca antes se había hecho. Estudia las principales diosas del panteón Griego y nos describe sus cualidades haciéndonos reconocer su fuerza arquetipal dentro de nosotras.

Shinoda Bolen estudia, con detalle, 7 diosas del panteón griego. Las ha dividido en tres categorías: las diosas vírgenes, las diosas vulnerables y las diosas alquímicas.

Las diosas vírgenes:

Estas diosas son Atenea, Artemisa y Hestia. Ellas tres son mujeres independientes, auto suficientes. Vírgenes, no porque no tengan o hayan tenido relaciones sexuales. Son vírgenes porque no son poseídas por el otro. No son "penetradas" por apegos emocionales que las desvíen de sus objetivos. La pasión no les conmueve. Por eso se dedican a desarrollar sus talentos, a resolver problemas, a contemplar, crear o expresarse sin nada que disuelva su concentración.

Como pueden imaginar, estas diosas no son las favoritas de nuestra sociedad patriarcal, que aplaude a la mujer esposa, a la mujer madre, a la mujer que dedica su vida a su hombre o a sus hijos. No hay diosas vírgenes en las telenovelas.

Cada vez que decides concentrarte en tu objetivo personal la fuerza de estas diosas o arquetipos dentro de nosotras nos susurran continuamente: “Solo tienes que ser fiel a ti misma".

Sin estos arquetipos, no tendríamos a una Santa Teresa de Jesús a quien quizás, no todos apoyaban su vocación religiosa; ni a una Amelia Earhart que se imaginaba volando un avión en vez de caminando hacia el alytar el al altar.

¿Y tú a qué mujer con arquetipo predominante de “Diosa virgen conoces?

Artemisa:

¿Qué pedirías tú fueras hija del propio Zeus y él te dice: te daré lo que me pidas? Bueno, Artemisa pidió: arcos y flechas, una jauría de perros de caza, una túnica suficientemente corta para correr por la naturaleza salvaje y una castidad eterna.

Esta diosa, inmune al enamoramiento, nos acompaña cuando decidimos concentrarnos intensamente en una meta, cuando decidimos, no ser la otra mitad de alguien, cuando nos sentimos completas en solitario. Pero ojo, tú mujer que te sientes identificada con ella: una mujer con una fuerte tendencia de Artemisa, no es heroica por el hecho de dejarse llevar por su impulso de autonomía, alejarse de sus seres queridos en internarse en el bosque plácida en sí misma. El verdadero reto para ella es abrirse al amor y explorar las delicias de la intimidad y las relaciones humanas, superando su temor a ellas.

Una mujer que es madre o se casa a temprana edad, sin tiempo de cultivar su Artemisa, puede pasar años con este arquetipo reprimido. Un divorcio, la graduación de sus hijos o llegar a cierta edad puede de pronto, dejar salir a Artemisa que coge su arco y su flecha y se va por el mundo a disfrutar de su autonomía.

Atenea:

La segunda de las diosas vírgenes. Atenea nació de Zeus. Lo suyo es la estrategia -por algo logró que Aquiles ganara a Héctor en batalla-. Lo suyo es la mente, la planificación, la gerencia, lo pragmático, examinar, comprobar, arrojar resultados tangibles. ¿Espiritualidad? ¿belleza? ¿maternidad? ¿erotismo? ¿naturaleza? ¡bah! diría Atenea. ¿Qué tienen de útil? La encontramos siempre con un escudo o una lanza, siempre protegida y activa. Prefiere una relación ecuánime una relación un matrimonio eficaz, a una romántica, (si es que la tiene). Prefiere algo que le funcione en vez de algo que le apasione.

Hestia:

Si alguna vez has querido ir a un ashram o a un retiro de silencio, ha sido la voz de Hestia haciéndose notar en ti. Si has sentido el placer del ordenar tu hogar y alguna vez -aunque sea por una vez- has encontrado en ello un sentido profundo, conoces a Hestia. Ella no era hija de Zeus, como Atenea y Artemisa, sino de Cronos y Rea. Haber sido tragada por Cronos y pasar tanto tiempo en sus intestinos debe haberle forjado esa paciencia y ese gusto por la soledad. Ella conoce el sentido de ser sin hacer. Como si no tuviese una imagen, un ego, un otro que la mire. Ella no dice “yo también soy”, solo con “yo soy” le basta. Hestia existe para ella y esa tendencia la hace regocijarse en la experiencia interna.

 

Las diosas vulnerables:

 

Amor, aprobación, necesidad de nutrir y ser nutridas son las motivaciones de las diosas vulnerables. Todas hemos sentido deseos de tener hijos, de casarnos, de entregarnos, de ser la princesa de alguien, (en mayor o menor grado). Por eso, los arquetipos más tradicionales en nuestra sociedad los de esposa, la madre y la hija (bueno, y la puta, pero de eso hablaremos mas adelante).

Deméter

 

Deméter es la madre. El mito cuenta que tuvo una hija con Zeus llamada Perséfone (que pronto veremos como arquetipo de la hija). Además, Deméter era la encargada de las cosechas. La sociedad griega atribuía a su voluntad las recolectas prósperas y a su enfado, las escasas. Todo iba de maravilla en la vida de Deméter, imbuida en su labor de madre, hasta que su hija fue raptada. Aquí es donde la historia se pone más interesante. Al serle arrebatada su hija (metafóricamente, se le arrebató la función de madre), Deméter, se deprimió. Se mandó a construir un templo para encerrarse a llorar y abandonó su función de nutrir. Su depresión casi mata de hambre a dioses y a hombres.

 

Como arquetipo de madre, Demeter es la que nos hace sentir ternura ante un bebé y hasta ganas de tenerlo en nuestros brazos. Es la que nos hace querer estar embarazadas y sentir un placer orgásmico al amamantar. La que nos conmueve cuando vemos un retrato de la Virgen con El Niño. La que quiere cuidar, alimentar, sostener, sanar, dar, apoyar, ayudar, nutrir, proveer.

 

Perséfone

 

Perséfone era una doncella adolescente. Estaba en el campo recogiendo flores, ingenua total. Poco consciente de sí misma –quizá por los excesos maternales de Deméter- y totalmente despreocupada del mundo. Fue presa fácil para Hades quien solo tuve que abrir un hueco desde las profundidades de la tierra para raptarla y llevársela con él al sub mundo.

No sabemos ni siquiera si Hades se llevó a Perséfone a la fuerza –aunque esta versión ha sido más favorable para las manifestaciones artísticas- quizás la convenció de que en el sub mundo había unas flores más bonitas y ella, complaciente y abierta, se fue.

Perséfone es, de las diosas, la más joven. Ella es la "eterna adolescente".  Sobre este arquetipo, advierte Shinoda: “El crecimiento exige que luches contra la indecisión, la pasividad y la inercia; debes decidirte y continuar comprometida, aún cuando la elección tomada deje de ser divertida”.

Hera:

 

Hera era la esposa legítima de Zeus. Regia, majestuosa y bella, -igual que mis abuelas-. Después de una boda feliz y trescientos años de luna de miel, Zeus se dedicó a sus múltiples amantes. Hera muestra entonces su otra cara: celosa, vengativa e iracunda. Planeaba continuas venganzas contra las amantes de su esposo, pero nunca contra él mismo. El gran dios del Olimpo es intocable, haga lo que haga o se comporte como se comporte. Además, Hera mantenía el estatus de esposa del dios, costara lo que costara.

Así pues, para el arquetipo de Hera, el matrimonio es lo que da sentido a la vida de una mujer.

La diosa Alquímica:

 

Afrodita:

 

Afrodita merece una categoría aparte porque es virgen en cuanto a que dueña de su sensualidad, belleza y erotismo y dependiente en cuento a que sí se abre a la relación con el otro. Afrodita nace de la espuma del mar cuando Cronos arrojó al mar los genitales mutilados de su padre Urano.

El motor que mueve a la mujer con una predominancia del arquetipo de Afrodita es la sensualidad, tanto en su aspecto sexual como en el aspecto artístico, por eso se dice que es la musa e inspiradora de los artistas.

 

¿Quién se lleva la manzana de oro?

“Toda mujer contemporánea se enfrenta a su propio juicio de Paris”, dice Shinoda.

Conocer la tesis de Shinoda Bolen me ha ayudado a darle una estructura al caos de mi mente. Lo que yo sentía como un saco sin fondo lleno de intereses incongruentes y deseos contradictorios - haciendo escándalo que parecía una lavadora averiada dentro de mi cabeza- se ha ido convirtiendo poco a poco, en una reunión en donde cada quien tiene su lugar. He aprendido a apreciar de dónde viene cada impulso y eso me permite comprenderme y aceptarme. Es lo que Shinoda Bolen llama: "la metáfora del comité".

Todo comité tiene un director que participa y observa. El éxito del comité depende de la calidad de su dirigente. Pero presidir el comité no es tarea fácil. A medida que profundizamos en nuestro conocimiento interior nos convertimos en mejores dirigentes. Conociéndolas bien, nos empoderamos de nuestras diosas, -esas fuerzas que ejercen una influencia tremenda dentro de nosotras- en vez de dejarnos arrastrar por ellas.

Todas y cada una de las diosas deben estar dentro del comité, que en este caso es nuestra conciencia.

Lo ideal es dar el turno a cada diosa. Ya sea en toda una etapa de vida o alternarlas en un mismo día o en una misma semana. Todas deben existir a través de nosotras. Todas están allí cuando quitamos el tiempo. Pero como humanas, viviendo una experiencia temporal, debemos ofrecer un tiempo para cada diosa.
Ahora lo sabes, ahora eres consciente y ya no puedes acudir a la indiferencia.

Ahora es cuestión de tener coraje. Coraje para cultivar aquellas diosas que lo piden, o para domar a las que lo necesitan. Ser valiente para cambiar de rol. Enseñarle al mundo – y a ti misma- el poder de tu diversidad. Comprender cómo ca-da-u-na de las diosas se manifiesta a través de ti. Saber que las grandes diosas del Olimpo están a tú servicio.

Explorar ese milagro de ser quien eres. Afinar el oído interno. Abrir los ojos hacia dentro. Desplegarte, mujer. Cómo dice Shinoda Bolen, conviértete en la heroína de TU PROPIA HISTORIA. Recuerda que eres única e irrepetible en toda la historia de eternidad.

 

Yoga Asanas y Arquetipos Femeninos

 

A lo largo del curso hemos visto la visión cíclica de la vida. Hemos aprendido a realizar diagramas lunares y hemos identificado ciertas tendencias o cualidades dentro de este diagrama lunar.

Como propuesta para tu autoconocimiento, te invito a:

Cualquier domingo por la mañana, podía sentir que me volvía loca —literalmente— al no poder decidir qué quería: salir a pasear con las niñas, sentarme a meditar, hacer un almuerzo rico para mi esposo y ordenar la casa o hacer una excursión en solitario. La indecisión me hacía sacar el látigo y reprocharme el que me costara tanto decidir algo tan sencillo. Además, escoger cualquiera de las acciones traía como consecuencia un gran sentimiento de culpa —por aquellas que no elegí— y así, casi me pierdo en la guerra de mi propia psique.

Leer a Shinoda Bolen —por sugerencia de mi terapeuta Carolina Vázquez Hernández— ha significado un gran paso hacia la comprensión de mí misma. Comprenderme, me ha permitido perdonarme. Perdonarme, me ha permitido sentir paz.

Las diosas vírgenes

Shinoda Bolen estudia, con detalle, siete diosas del panteón griego. Las ha dividido en tres categorías: las diosas vírgenes, las diosas vulnerables y las diosas alquímicas.

Les presento a las diosas vírgenes (siempre digo «mis favoritas» pero eso me pasa con todas). Estas diosas son Atenea, Artemisa y Hestia. Ellas tres son mujeres independientes, autosuficientes. Vírgenes, no porque no tengan o no hayan tenido relaciones sexuales. Son vírgenes porque no son poseídas por el otro. No son «penetradas» por apegos emocionales que las desvíen de sus objetivos. La pasión no les conmueve. Por eso se dedican a desarrollar sus talentos, a resolver problemas, a contemplar, crear o expresarse sin nada que disuelva su concentración.

Como pueden imaginar, estas diosas no son las favoritas de nuestra sociedad patriarcal que aplaude a la mujer esposa, a la mujer madre, a la mujer que dedica su vida a su hombre o a sus hijos. No hay diosas vírgenes en las telenovelas. Cada vez que decides concentrarte en tu objetivo personal ellas te hacen barra: «¡Sé fiel a tu arte! —gritan— ¡Sé fiel a tu deporte! ¡Sé fiel a tus estudios! ¡Exprésate! Tú no necesitas ser aprobada. ¡Sé fiel a ti misma!», me susurran continuamente.

Sin estos arquetipos, no tendríamos a una Santa Teresa de Jesús a quien quizás no todos apoyaban en su vocación religiosa; ni a una Amelia Earhart que se imaginaba volando un avión en vez de caminando hacia al altar.

¿Y tú a qué diosas vírgenes conoces?

El libro La Prostituta sagrada  de Nancy Quals-Corbet es una lectura  indispensable para toda mujer que investigue el  tema de la sexualidad.

¿Qué era la Sexualidad Sagrada?

Hay numerosos vestigios de la práctica de la prostitución sagrada en varias culturas al rededor del mundo. Antropólogos e investigadores recolectan datos de lo que puede parecerse a una Prostituta Sagrada en investigaciones de civilizaciones antiguas como Persia, Fenicia, Babilonia, entre muchas otras. Es un tema muy amplio en sí mismo que merece un adecuado estudio antropológico. Además puedo imaginar, la gran variedad de matices según cada cultura y según cada hombre y cada mujer de esa cultura. Imagino que hubo desde terribles aberraciones hasta las más hermosas historias de conexión con lo Divino.

Por eso, me quedo con lo que la imagen de La Prostituta Sagrada evoca en mí. Prefiero divagar en el nivel simbólico que me da más oportunidad de auto indagación, en vez de perderme en los recovecos de la historia.

Sagrado y secreción son similares

Lo primero que me llama la atención es la relación entre las palabras Sagrado y Secreción. Sagrado y Sangre, Sagrado y Sacro. De hecho, Swadhistana quiere decir “la Sagrada Morada del Ser”.

Una cultura que vive interactuando con los fenómenos naturales para sobrevivir, sabe que la sexualidad es un privilegio. Traer vida es traer  calor, fuerzas, compañía, es hacer prosperar a la tribu. Si las fuerzas naturales son elementos importantes a considerar para la sobre vivencia de una sociedad, la sexualidad es, naturalmente, entendida como una fuente de vida, un recurso natural esencial.  El erotismo entre los seres humanos, en una sociedad que convive con las fuerzas de la naturaleza, está dotado de poder regenerativo, es considerado un regalo, una bendición.

Cuando el hombre comienza a apropiarse de la tierra, empieza a llamar a su terreno “mío”, necesariamente necesita que su heredero también sea “suyo”, por lo cual, la mujer será necesariamente suya. Mi mujer, mi tierra, mi hijo. Si el  hombre no puede definirse como padre de su hijo, pierde esa posición de poseedor. Los hijos son de la Tierra, los hijos son de La Mujer, deja de funcionar en una sociedad privatizada.

El erotismo entre los humanos comienza a ser entonces un problema. Aquella mujer que es mía, no puede tener hijos con el otro, porque no podré llamar a ese hijo “mío”. Hagamos de la sexualidad algo prohibido. “Somos dueños de la tierra” substituyó a “somos parte de la tierra”. Aquella fuente, regalo, bendición, poder regenerativo, pasa a ser un peligro, una condena, recibe unos estándares, unas normas, deja de ser orgánico para ser controlado según la conveniencia del poseedor. 

La costumbre substituyó a la ley. La naturaleza religiosa humana, como una manifestación de gratitud, asombro, celebración  y comunicación con las fuerzas naturales pasó a ser substituida por el miedo, el poder y la dominación. Lo común fue substituido por lo privado. La sexualidad, por la culpa.

¿Las relaciones sexuales sagradas han desaparecido?

Me gusta pensar que hace milenios, la relación sexual y la actitud religiosa eran inseparables y que en alguna parte de nuestro inconsciente aún lo son.

En el sistema de chakras nada queda aislado. La imaginación, lo trascendente, la comunicación, la visión, el cariño, el poder, la unión sexual y la pertenencia, han de funcionar como un todo.

El sexo casual, o, la tendencia a cultivar el llamado desapego, o cualquier acercamiento sexual que no esté entretejido con los otros componentes del sistema e chakras, es una mutilación, queda aislado y por tanto, deformado, desperdiciado.

Me gusta creer que el acto sexual era usado para hacer magia, para dar gracias, para hablar con los dioses, para atraer a las almas que se necesitan, para sanar a las personas, para entrar en profundos estados de meditación y comunión.

Nos llamamos materialistas pero somos destructores de la materia. No la valoramos. Mientras sigamos encontrando distinción entre lo material y lo espiritual, todos los seres humanos padeceremos el dolor de esa grieta.

Una prostituta obtiene dinero a cambio de relaciones sexuales y es obvio que sea entonces el oficio más antiguo de la humanidad. Las relaciones sexuales cuando se realizan tomando el cuenta todo el sistema, siempre han dado a cambio, energía, abundancia, gozo, prosperidad, belleza, longevidad, salud. Me gusta imaginar que las prostitutas sagradas eran magas que conectaban con las fuerzas de la naturaleza a través de las relaciones sexuales. Lo mismo traían la lluvia, la cosecha o los hijos. Me gusta imaginarlas hermosas, desposeídas, amigas, cotidianas, bondadosas, comunes, altas practicantes de la sublimación de la energía.

Escribí una oración a la Diosa de la sensualidad que puedes mirar aquí: https://fianthology-cico.instawp.xyz/saraswati-yemaya-afrodita/

Y aquí tienes el link del libro de Nancy Quals-Corbet:

https://www.amazon.es/Sacred-Prostitute-Feminine-Psychology-Analysts/dp/0919123317/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=2U5F0FZLT6N73&keywords=the+sacred+aspect+of+prostitute&qid=1647523763&sprefix=the+sacred+aspect+of+prostitute%2Caps%2C84&sr=8-1

Te invito a mover tu cuerpo con una práctica de yoga suave que puedes enconcontrar aquí:

Oh! Gran Diosa.

La de luz dorada.

Belleza pura.

Deleite magnético.

Diosa alquímica que transformas lo moribundo en vital, lo seco en húmedo, lo estéril en fecundo, la ceniza en fuego. Sacerdotisa del amor.

Manantial de ojos en el que me sumerjo profundo disolviendo mi forma.

Venus que enciendes la pasión en los seres.

Que llevas el duende a los artistas, devoción a los devotos, brillo a los ojos, expansión a los corazones, hermosura a todo.

Gracias por manifestarte en nosotras.

Gracias por dar a lo femenino esa puerta donde las palabras se transforman en medicina, la miradas en hogares, el contacto en éxtasis. Bendigo tu presencia en mi cuerpo, en mi mente y en mi alma y deseo que todas mis hermanas beban de tu fuente.

Que tu poderosa energía sea siempre utilizada con sabiduría.

Permite que las otras diosas ejerzan sus roles a cabalidad para así neutralizar tu arrebatadora presencia.

Que ninguna de nosotras sea víctima del drama evocado por tu cegadora pasión.

Que el goce por la sensualidad que tú nos das nunca desemboque en conflictos (embarazos no deseados, abortos, enfermedades, bajas pasiones, sufrimiento). Enséñanos a hacer buen uso de ti para que nunca sembremos dolor en tu nombre.

Visita los matrimonios y enciéndelos de erotismo, que las casadas viertan tu luz regeneradora sobre sus maridos.

Visita a las viudas y devuélveles el entusiasmo y que tu fuerza transforme su dolor en amor.

Visita a las divorciadas para que su proceso sea pacífico y transformador y que ninguna sienta que tú le faltas.

Visita a las ancianas para que tu luz dorada brille a través de sus pieles y se enamoren otra vez, cual quinceañeras; a las inseguras para que experimenten tu poder y a las poderosas para que se disuelvan en él.

Que todos los hombres te conozcan para su deleite y elevación espiritual y que ninguno te condene por miedo a la emoción que tú evocas.

Libera nuestros bloqueos.

Llévate la ilusión de nuestras culpas.

Que en tu humedad se disuelvan las trampas de nuestros egos.

Enaltece nuestra danza.

Inunda los corazones de los artistas.

Despliega nuestra creatividad amorosa.

Permítenos celebrarte en cada manifestación.

Enséñanos a decir que no, a decir que sí, a responsabilizarnos por las acciones que tú inspiras en nosotras y a hacer sabio uso de tu infinito poder.

Que todas las lecciones dolorosas, que mis hermanas o yo hayamos vivido, canalicen tu brío hacia expresiones cada vez más elevadas.

Haznos envejecer con la vitalidad de quien se ha enamorado de la vida, o de sí mismo.

Que tu magnetismo se mantenga en continua renovación para vivir la vida con encanto.

Afina nuestros sentidos para que esta experiencia terrenal sea llevada al cielo con nitidez.

Que tu presencia, en vez de confundirnos nos llene de claridad.

Que tu luz no ciegue sino descubra, no confunda sino aclare.

Sé mi honorable pasajera, déjate conducir y despliega tu fuerza allí donde el compromiso se abre espacio.

Déjate encauzar y desbócate en el momento preciso de la conexión divina.

Si quieres leer más sobre mi visión de los arquetipos femeninos puedes ir a esta entrada: https://fianthology-cico.instawp.xyz/la-prostituta-sagrada/

Si estás explorando tu relación con el placer te recomiendo este libro: Nacidas para el placer de Mireia Darder

https://www.amazon.es/Nacidas-Para-El-Placer-Delicatessen/dp/849391729X/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=3OWFVV01S4ONM&keywords=nacidas+para+el+placer&qid=1647521360&sprefix=nacidas+para+el+placer+%2Caps%2C69&sr=8-1